La directora de cine Lynne Ramsay es una de las más destacadas del cine independiente del momento. Los tres largometrajes que ha realizado actualmente son,
En Ratcatcher, James es integrante de una familia de bajos recursos en dónde su alcohólico padre que lo humilla constantemente golpea a su madre, mientras que la mayoría de los jóvenes que lo rodean son abusivos y se aprovechan de él como de su amiga a la que obligan a concederles favores sexuales; en tanto que en el barrio en dónde vive predominan las plagas de ratas y piojos en un sitio rodeado y contaminado por la basura.
En El_viaje_de_morvern_cover, el morbo es tal que la mujer que sufre la pérdida de su novio hace sus actividades cotidianas en medio del cadáver hasta que éste se torna lo suficientemente despreciable, por lo que primero lo cubre y luego lo entierra. A todo esto, se entera que su mejor amiga se había acostado anteriormente con el fallecido, pero su personalidad es tan fría que parece no preocuparle o al menos lo pasa por desapercibido.
En su nuevo film, Tenemos que hablar de Kevin, se presenta el típico ejemplo de la familia disfuncional, en dónde desde su nacimiento, el chico que luego en su adolescencia será homicida sufre los desencuentros e indiferencia con su madre, que hasta en cierto punto hubiera preferido el no nacimiento de éste. Por otro lado, su padre siempre le esquiva a los posibles problemas y no es capaz de percibir el posible demonio que se esta sembrado en el chico.
Tenemos que hablar de Kevin estuvo nominada a varios premios como los Globos de Oro, los del Sindicato de Actores o los BAFTA.
La película está basada en la novela del mismo nombre de Lionel Shriver.
La película se estrenó en el festival de Cannes de 2011.